¿Cuánto tiempo dedica una empresa de media a crear un nuevo producto? Es la pregunta del millón porque todo dependerá del tipo de mercado en el que se mueva. Una empresa de tecnología puede tardar años en desarrollar un nuevo prototipo mientras que una de perfumes sacará varios aromas nuevos cada temporada.
En cualquier caso, cualquier novedad tiene detrás un largo proceso de trabajo en el que están implicadas varias personas y en el que se han depositado muchas esperanzas y que en algunos casos pueden suponer el despegue de la empresa o su hundimiento definitivo. Y después de tanto trabajo ¿sería inteligente echarlo todo por la borda a causa de un mal envase o de una pésima presentación? Seguramente sorprenda saber la cantidad de productos de alta calidad que no triunfan porque no se presentan al consumidor de una manera atractiva que incite a comprarlos. Los consumidores actuamos de manera muy original y por eso es importante un diseño de packaging original y de alta calidad. Un buen producto merece un envoltorio realizado con cariño en todo su proceso, desde la creación y el diseño del mismo hasta los últimos detalles del mismo. Ya en las estanterías de los supermercados ese producto va a tener que competir con otros que en principio pueden parecer similares y debe de destacarse. Si no llama a la vista, el consumidor no se va fijar en el mismo y no va a descubrir ninguna de sus maravillosas propiedades. Para lograr este buen envase hay que ponerse en manos de especialistas en packaging que pueden realizar el trabajo desde los orígenes. El primer paso sería diseñar el envase en función del producto, respetando la imagen corporativa de la marca pero consiguiendo un resultado personal y diferente que diferencie a ese artículo en concreto. En determinados casos, los diseñadores del packaging pueden encargarse también de elegir un nombre llamativo para el producto que lo haga todavía más atractivo para el cliente. También es importante elegir los materiales más adecuados que destaquen mejor las propiedades de lo que quiere venderse y ayuden a su perfecta conservación. Una vez que se ha realizado el diseño se trabajan los detalles con el cliente hasta que este está totalmente satisfechos y se procede a su fabricación. El cliente será el que tenga la última palabra al elegir o no el producto en sus compras en el supermercado.
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